Antes de definir las características que definen como positiva la combinación entre madera y salud, hemos de abordar como se mejora este particular al aportar al binomio las características de las PassivHaus o casas pasivas y para ello describir las características de este tipo de edificación.

Club de Golf
Edificios de servicios para Club de Golf

¿Qué son las PassivHaus?

PassivHaus o casas pasivas son las que utilizan los principios de la arquitectura bioclimática para intentar reducir al máximo el consumo energético del edificio en calefacción/refrigeración.

En Polanco Madera estamos trabajando en viviendas cada vez más sostenibles y para ello hemos obtenido el certficado Tradesperson Passivhaus, que nos certifica como constructor de casas pasivas.

De igual forma, contamos en nuestras casas con la participación de Jenga Estudio, como Passivhaus Designer.

La diferencia más destacable de las casas pasivas es su gran eficiencia energética:una casa pasiva puede reducir hasta un 80% la factura de la luz.

A nivel estético son exactamente iguales que una casa tradicional y pueden realizarse en cualquier material, aunque algunos materiales, como la madera, son más apropiados para estas construcciones, ya que su comportamiento térmico es mejor.

Las casas pasivas son:

Confortables. Su sistema de ventilación suministra de forma imperceptible el aire fresco necesario. Este aire es previamente filtrado en el recuperador de calor y, junto con el alto grado de aislamiento y la homogeneidad de las temperaturas de las superficies que envuelven las estancias (suelos / paredes / techos), evita la formación de humedades y la generación de mohos. Se consigue así un inmejorable confort acústico, térmico y de calidad del aire. 

Asequibles. Teniendo en cuenta el ciclo de vida de los edificios, (en el que se tiene en cuenta el origen de los materiales, sus transformaciones, su tiempo de uso, su finalización y su posible reciclaje), los edificios pasivos ahorran dinero.

Pueden tener un ligero sobrecoste de su construcción (estimado entre un 5 y un 10% respecto de los edificios convencionales) que se compensa en pocos años gracias a la drástica reducción de su demanda de energía. Estas construcciones pueden gastar una décima parte de lo que gasta una construcción convencional.

Sostenibles. Un edificio pasivo requiere hasta un 90% menos de energía que un edificio convencional. Esto significa una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Es la única alternativa sostenible frente al resto de construcciones convencionales. Si además se realizan en madera, se reducen aún más las emisiones de CO2 y el consumo de agua durante la construcción.

Los edificios de consumo energético casi nulo

La directriz europea 2010/31/UE recoge que, a partir de 2020, todos los edificios de nueva construcción  deberán de ser de consumo energético casi nulo (en 2018 entró en vigor para los edificios públicos).

También se conoce a estos edificios por sus siglas en inglés NZEB (nearly zero energy building= edificio de consumo energético casi nulo).

Principios básicos de un edificio pasivo

1.-  Aislamiento térmico. La buena envoltura térmica, lo que protege al edificio de la temperatura, aire y humedad exteriores, tiene suficiente espesor y capacidad de aislar el edificio.

2.- Eliminación de los puentes térmicos. Los puentes térmicos son zonas débiles de la envolvente que el calor puede atravesar,: en invierno, del interior al exterior y en verano desde el exterior al interior. La temperatura de la superficie es menor en esos puntos y se pueden formar condensaciones y moho.

Se puede construir sin puentes térmicos al:

  • No interrumpir la capa de aislamiento.
  • Usar un material con la resistencia térmica mayor si se interrumpe la capa de aislamiento
    Cuidar las juntas entre elementos constructivos. En las ventanas, puertas y huecos se deben utilizar dispositivos de rotura de puente térmico.

3.- Control de las filtraciones. Una puerta o ventana que no es estanca produce huecos por los que se filtra el aire. Se pierde la temperatura de confort y obliga a calefactar o enfriar la habitación mediante el uso de energía. Además produce corrientes de aire en el interior del edificio.

4.- Sistema de ventilación eficiente. Los edificios estancos sin filtraciones  no ventilan de forma natural. La instalación clave de un edificio pasivo es la ventilación mecánica con recuperador de calor. Esto permite renovar el aire sin introducir aire a diferente temperatura. 

5.- Ventanas y puertas de altas prestaciones. Son el elemento más débil de la envolvente, pero también son imprescindibles para que la captación de calor en invierno funcione. Se utilizan carpinterías con juntas dobles de estanqueidad, con vidrios dobles o triples y con cámaras rellenas de gases nobles aislantes.

6.- Optimización de las ganancias solares y del calor interior. En invierno, se busca  calefactar el edificio de forma natural, aprovechando la radiación solar. En verano, se evita la radiación solar para que el edificio no gane calor y se mantenga a la temperatura de confort.

Buscar en invierno las ganancias por personas, electrodomésticos y fundamentalmente por radiación solar. En verano evitarlas con elementos de diseño de control solar tales como etc.

7.- Modelización energética de ganancias y pérdidas. Antes de construir o fabricar el edificio, se hace una modelización por ordenador de las ganancias y pérdidas de energía previstas y se comprueba si se cumplen los parámetros. Así se puede detectar errores de diseño y corregirlos antes de la construcción.

En plena naturaleza

Vivir en un entorno desarrollado con materiales sostenibles es lo más parecido a vivir en plena naturaleza.

Agencia de Protección Ambiental de EEUU

La madera tiene la capacidad de regular la humedad al tratarse de un material higroscópico, por lo que mantiene de una manera constante su grado de humedad.

Esto repercute en la mejora de las vías respiratorias de las personas.
Al tratarse de un aislante térmico, la madera tiene la capacidad de evitar los cambios bruscos de temperatura. Mantener una temperatura constante es beneficioso para la salud.

Los espacios interiores, por lo general, son hasta cinco veces más tóxicos que los ambientes al aire libre y es por ello por lo que la utilización de la madera para hogares crea una sensación muy similar a la naturaleza, esto supone un mayor confort y por ello el consiguiente beneficio para la salud.

Por el mismo motivo, los niveles de estrés de las personas que viven en casas de madera son menores ya que el sistema nervioso simpático responde de una manera más positiva al tiempo que se mejora las capacidades cognitivas.